Vigoroso vientre fecundo de la madre tierra,
de sus entrañas hizo brotar preciosa joya.
En el Cosmos, Nicaragua bendita, das gloria,
sobre las tempestades de la guerra de Troya.
Como un Apolo, radiante en el firmamento,
Resplandece, con fulgor reluciente tu aurora.
Tea incandescente, enciende tu pensamiento,
Sabia bendita, en el mundo moderno aflora.
Rubén Darío, destellos de luz irradiasteis.
Cosmopolita, en el mundo oscuro brillasteis,
con tu blanca estrella refulgente iluminasteis,
la tierra divina, que ante el mundo mostrasteis.
¡Oh cisne, tus alas tendidas al viento,
en tu boca llevas la divina poesía!
por doquier, presagios, tristezas y alegrías,
del género humano, hasta tú último aliento.
En tu triste y vil agonía viertes dolores,
confeso, eres de tus inmortales amores.
Se te juzgó mármol y eras carne pura,
hicisteis brillar tu luz, sobre estatua oscura.
OYE MUNDO
Oye mundo, tu que conoces muy bien mi vida,
¿Conoces de tal manera la tuya con certeza?
Con anfibologías destruyes, la honradez con presteza,
con agilidad de fiera, engulles mi honra estremecida.
Sepulcro abierto es tu garganta a la deshonra,
Como agua vivificante, se esculpe en tu boca la injuria,
Llena está tu alma de soberbias y lujurias.
Saetas desgarrarán tu lengua de serpiente mefítica,
extrae la garrafal clavija que tienes en tus ojos
Y tener el decoro de criticar a tu prójimo.
¿Tu honra, es mejor que la mía?
Tus diatribas, definen tu personalidad,
Señalas la vida y la moral, de un ser
Porque dentro de ti, tu sepulcro es igual.
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Lic. María Emperatriz Téllez Gómez.
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